El vendaje neuromuscular es una herramienta terapéutica empleada actualmente en los tratamientos de rehabilitación  y consiste en la aplicación de un vendaje elástico adhesivo.

Esta técnica fue creada en Japón en el año 1973 por el Dr. Kenzo Kase que diseñó una venda adhesiva con el objetivo de imitar las cualidades de la piel.

Entre las características destacan su capacidad de estiramiento longitudinal (55-60% sobre su longitud de reposo original) y su grosor (similar al de la epidermis humana). No contiene látex en su composición y posee un adhesivo 100 % acrílico que se activa con el calor. El adhesivo está aplicado en la venda siguiendo un patrón de onda que imita las cualidades de la huella digital, con la finalidad de ayudar a la elevación de la piel y favorecer la ventilación.

 ¿Qué efectos provoca en nuestros tejidos?

  1. Dar soporte a los músculos, normalizando la función de los músculos dañados por sobrecarga o lesión, reduciendo la fatiga muscular y mejorando la contracción de los músculos debilitados. 
  2. Eliminar la congestión de los fluidos orgánicos, incrementando el espacio entre la piel y los músculos y favoreciendo el flujo del fluido linfático y de la sangre.
  3. Activar el sistema analgésico a través de la estimulación de la piel.
  4. Corregir problemas articulares derivados de alteraciones del tono muscular y disfunciones propioceptivas. 

Las propiedades de sus tiras mantienen el efecto las 24h del día, y se puede dejar puesto durante unos 4 o 5 días.

¿Qué beneficios se atribuyen a este tipo de vendaje y que intentamos aprovechar en el tratamiento del Daño Cerebral?

  • Reducción del dolor y de la inflamación: activa los sistemas de supresión del dolor disminuyendo la estimulación de los receptores del dolo gracias al diseño ondulado de su adhesivo.
  • Corrección postural: las tiras actúan de manera continua sobre los receptores propioceptivos (receptores encargados de informar al organismo de la posición de nuestros músculos) intentando corregir desequilibrios en el tono muscular.
  • Facilitación del trabajo muscular: favoreciendo una relajación en la tensión de la musculatura hipertónica y aumentando la amplitud del movimiento, permite facilitar la contracción de una musculatura debilitada.
  • Aceleración en el proceso de “auto-recuperación” del cuerpo: formando pliegues en la piel y aumentando el espacio intersticial para mejorar el flujo sanguíneo y linfático. Facilita el drenaje.

Resulta interesante comprobar mediante el vendaje neuromuscular la cantidad de información propioceptiva que puede recibir un paciente con daño cerebral llegando a mejorar el esquema corporal, la postura, el equilibrio e incluso la calidad de la marcha. Aunque también hay que tener en cuenta que pacientes con afecciones del sistema nervioso pueden presentar trastornos de la sensibilidad profunda o superficial, y por lo tanto, presentar reacciones en la piel que no sean las esperadas.

Aún así, el vendaje neuromuscular como herramienta en conjunto con otras intervenciones terapéuticas ayuda a aumentar la independencia en las AVD y mejorar la calidad de vida del paciente.

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