¿Sólo las personas mayores o con demencia tienen fallos de memoria?
Son muchas las personas que ante cualquier despiste o fallo de memoria, como por ejemplo olvidar echar un ingrediente al preparar una receta o no recordar el nombre de algún conocido, se
alarman y se ponen en lo peor, pues lo relacionan directamente con una patología. ¡Tranquilidad!, es habitual presentar este tipo de lapsus en nuestra rutina diaria.
De hecho, la realidad es que la memoria es un proceso que puede fallar a cualquier edad y no tiene por que considerarse un problema siempre y cuando no suceda con excesiva frecuencia o interfiera significativamente en la vida de la persona que los presenta. La pregunta es…
¿Cómo saber si son perdida de memoria normales o indicios de una posible alteración neurológica?
Cuando los problemas de memoria se dan con asiduidad y aparecen en diferentes contextos y situaciones (p.ej.: en actividades sociales o laborales) conviene descartar cualquier posibilidad.
Esto es posible gracias a la evaluación neuropsicológica, proceso mediante el cual se analiza el funcionamiento cognitivo de la persona y se compara con lo que se espera según variables como edad, sexo o nivel educativo.
¿En qué consiste la evaluación neuropsicológica?
La valoración neuropsicológica, más allá de la evaluación de la memoria.
Aunque la memoria sea uno de los procesos más conocidos y en los que antes podamos percibir signos de alteración, no debemos olvidar que hay muchas más funciones que conforman la
cognición, todas ellas indispensables para que una persona sea capaz de desenvolverse eficazmente en su entorno.
La evaluación neuropsicológica va más allá de analizar cómo funciona la memoria.
Requiere recabar toda la información que nos pueda ser útil para conocer como se desenvuelve en su día a día la persona valorada. Para ello, resulta fundamental que se analicen todos los procesos cognitivos.
¿Por qué es tan importante que la evaluación sea completa?
Pues bien, son muchos los factores que influyen en el rendimiento cognitivo por lo que debemos ser conocedores de todos ellos antes de realizar una orientación diagnóstica. De hecho, los problemas de memoria están estrechamente relacionados con la atención, si no estamos atentos a lo que sucede a nuestro alrededor nos será mucho más difícil recordar nueva información o los sucesos que vivimos.
Un mal funcionamiento de la capacidad mnésica también puede deberse a alteraciones del estado de ánimo, ansiedad, estrés, problemas de sueño e incluso puede estar relacionado con la alimentación.
Esta información la obtendremos a través de una entrevista en la que participe el evaluado junto a una o varias personas de su entorno más cercano, así como mediante la administración de pruebas neuropsicológicas estandarizadas.